Las palabras con las cuales se expresa este deber, las mencionamos en el propio Bircat HaMazón: “Ve’ajalta, ve’savata uverajta et Hashem Elokeja al ha’aretz hatová asher natan laj” (y comerás, y estarás satisfecho y dirás palabras de bendición a Di-s por la hermosa tierra que El te dio - Dvarim 8:10).
De este versículo aprendemos que el Judío debe recitar Bircat HaMazón luego de comer pan, y está dividida en tres secciones, que se deducen precisamente de estas palabras de la Torá que acabamos de mencionar.
Los Sabios de la Mishná agregaron una bendición adicional después de haber enterrado a los caídos en su derrota de Betar.
Rav Sh.R. Hirsch sz”l señala que el precepto de bendecir sobre la comida, está presentado en la Torá en el contexto del relato de Moshé al pueblo, en el que hace referencia a lo que los Judíos habían vivido en el desierto durante los cuarenta años anteriores, en los que consumieron el Maná milagroso que Di-s les proveía diariamente - y sin faltar ni un solo día (viernes doble, porque Shabat no se los “molestaba” en que tuvieran que ir a buscar).
Esta situación había grabado en su conciencia el hecho y la realidad de que Di-s se ocupa de cada criatura y le provee sus menesteres. Por lo tanto, vemos en cada trozo de pan simple, un obsequio directo de Di-s, que nos lo suministra al igual que lo ha hecho con nuestros antepasados en el desierto.
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